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FALTA DE DESEO

Si acumulamos experiencias sexuales insatisfactorias tendremos miedo a que el fracaso se vuelva a repetir y por lo tanto acabar rechazando los contactos sexuales. A partir de aquí el deseo sexual caerá en picado.

Las causas que generan el trastorno de la excitación sexual pueden ser orgánicas o psicológicas como por ejemplo la falta de educación sexual o una relación de pareja emocionalmente insatisfactoria.

Aconsejo no dejar pasar mucho tiempo desde que se detectan los primeros síntomas.

ANORGASMIA

Padecerás de anorgasmia si tienes una gran dificultad o es incapaz de llegar al orgasmo tras una fase de excitación normal.

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Los tratamientos que aplico para la anorgasmia suelen proporcionar grandes resultados. Persigo que la persona aprenda a concentrar su atención en las sensaciones corporales que le producen placer, que se desinhiba y que disfrute de su propio cuerpo.

Los objetivos específicos del tratamiento son:

Eliminar las actitudes negativas y los prejuicios en torno a la sexualidad en general, y al orgasmo en particular.

Mejorar la relación de la pareja a través de la comunicación.

El entrenamiento en habilidades sexuales.

Conocer y saber identificar las sensaciones corporales placenteras.

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COITO DOLOROSO

La dispareunia se da cuando la mujer siente un dolor persistente o recurrente antes, durante o después de la relación sexual. El dolor no está provocado únicamente por falta de lubricación o por un vaginismo.

Éste puede ser profundo, agudo, con punzadas momentáneas o simplemente una fuerte molestia. A diferencia del vaginismo, la relación sexual se puede llevar a cabo.

El principal problema es la asociación del dolor al hecho de mantener relaciones sexuales. Por ello, cada vez que vaya a producirse una interacción sexual, la tensión por parte de los miembros de la pareja aumentará con el consiguiente riesgo de padecer vaginismo.

​Si lo padeces te ayudaré a encontrar la raíz del problema y a solucionarlo.

COMUNICACIÓN

Las parejas que han trabajado en comunicarse sanamente cuentan con el mejor medio para clarificar sus percepciones, mejorar su autoconcepto, enriquecer sus puntos de vista, resolver sus problemas o tomar decisiones.

​La buena comunicación es el elemento indispensable en el mantenimiento, la consolidación o la reconstrucción de la autoestima propia y mutua.

En el día a día, la pareja tiene que tratar aspectos funcionales como la administración del dinero, la educación de los hijos, la relación con la familia política… Todos estos aspectos añadidos a los que van surgiendo en la evolución del individuo y de la familia, aportan un número importante de problemas. Todo ello exige que la comunicación, la capacidad de escuchar o entender al otro sea indispensable.

Lo que persigo en terapia es la elaboración de un instrumento que ayude a las parejas a evaluar su propia comunicación y a desarrollar estrategias y objetivos para mejorarla.

CELOS

Sentir celos es un fenómeno universal e innato que obedece a factores individuales y socio-culturales. Ahora bien, si el sentimiento crece desmesurado, estaríamos hablando de una patología: la celotipia.

La persona que los sufre se siente poseedor exclusivo y absoluto del otro miembro de la pareja. Tiene un miedo irracional de perder su posesión y por ello genera pensamientos obsesivos ante esa idea y actúa en consecuencia. En ocasiones, el individuo se da cuenta de que su preocupación es irracional pero no lo puede obviar ni controlar. Llega un momento en que lo que le parecían halagos se convierten en sentimientos de incomodidad, angustia y presión, llegando incluso a tener un comportamiento agresivo. Esta situación desestructura el equilibrio de la pareja y genera sentimientos contradictorios de amor y odio.

Yo oriento el tratamiento de la celotipia en base a potenciar la seguridad de la persona celosa y propiciar una buena comunicación entre los miembros de la pareja.

INFIDELIDAD

La infidelidad se produce cuando un miembro de la pareja rompe alguno de los acuerdos implícitos o explícitos que fundamentan el vínculo de la relación.

​Toda pareja establece una serie de condiciones o normas sobre qué está permitido o no dentro de su relación. Es decir, establecen unos límites. Estos límites varían mucho en función de cada pareja: lo que para uno supondría algo aceptable para otro sería motivo de separación.

Las consecuencias de una infidelidad pueden ser devastadoras y las personas que la padecen pueden sufrir un choque emocional muy fuerte y doloroso. La traición rompe la confianza entre los miembros de la pareja, provocando un gran dolor en la persona traicionada. A menudo, la herida que produce la infidelidad es tan profunda que empieza una guerra sin un final previsible.

​Mi objetivo es ayudar a reparar las relaciones vinculares de la pareja o a que ésta se separe sin agresiones ni intentos de destrucción de ninguna de las partes.

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DEPENDENCIA EMOCIONAL

Cuando nos relacionamos lo habitual es que se produzcan vínculos afectivos con las personas que nos rodean pero cuando ese vínculo se transforma en una dependencia, la persona que lo sufre no puede desarrollarse de manera independiente ya que siempre está pendiente del comportamiento de los demás.

​Las personas que padecen dependencia emocional tienen una enorme necesidad afectiva. Por eso demandan continuamente la presencia de la otra persona y provocan en ésta una sensación de agobio o de invasión al no producirse un intercambio recíproco en las muestras de afecto. Las personas dependientes buscan la aprobación de los demás y necesitan complacerles en todo momento por el miedo a la pérdida o al rechazo.

Las relaciones en pareja suelen ser asimétricas; es decir, la persona dependiente suele adoptar una posición subordinada quedando siempre en un segundo plano. Además, normalmente las personas con dependencia emocional se fijan en personas dominantes y narcisistas, hecho que provoca en ellas una gran admiración.

Lo que busco en el tratamiento de una persona emocionalmente dependiente es fortalecer la autoestima del individuo, generar un autoconcepto positivo, ensalzar los propios criterios y mejorar las habilidades sociales y asertivas.
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RUPTURA

La separación es un proceso doloroso que comporta una gran inestabilidad emocional por lo que requiere consejo y acompañamiento.

Desde que la pareja empieza a vivir un cierto malestar entre ellos hasta que se toma la decisión de romper y la consiguiente adaptación a la nueva situación se pasan por diferentes fases.

​Las reacciones emocionales ante una ruptura son las siguientes:

Enfado, hostilidad y agresiones verbales.

Resentimiento acentuado por el aumento del interés de la pareja en otras relaciones y en detrimento de la propia.

Deseos de venganza mediante la obstaculización del proceso de divorcio, el uso de los hijos como vehículo, la revelación de intimidades a otras personas…

Continuidad del apego hacia la ex pareja, acompañados de sentimientos de angustia, tristeza y soledad.

Problemas atencionales, tensión, miedos repentinos, insomnio, pérdida del apetito, depresión…

Disminución de la autoestima debido a la sensación de fracaso.

Disminución del concepto de identidad personal.

A pesar de la intensidad del dolor que puede sufrirla uno de los miembros de la pareja que se rompe o los dos miembros de la misma, si el proceso se trata de manera adecuada, el dolor puede superarse y fortalecer la capacidad relacional de los miembros de la pareja rota.

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

Los problemas forman parte de nuestras vidas y la pareja tiene que aceptarlos como algo normal e imprevisible. La única forma de que éstos no intervengan en la calidad de una relación sana, es que aprendas a solucionarlos de forma constructiva y cooperativa.

​Para abordar adecuadamente un problema, es imprescindible entender que la percepción de un problema concreto no siempre es compartida y por lo general es aquí dónde empiezan las discrepancias entre los miembros de la pareja.

​Lo que hago es entrenar a la pareja a que aprenda a incorporar al otro miembro en el análisis de la situación y en el desarrollo de una solución mutuamente satisfactoria.

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PAREJAS HOMOSEXUALES

Muchos homosexuales todavía a día de hoy deben luchar contra estereotipos y presiones sociales y familiares. Por esta razón, resulta habitual que se sientan rechazados por la familia, que sean boicoteados en el trabajo o que se puedan sentir discriminados en según qué entornos o circunstancias. Todo ello son fuentes de estrés que perjudican de manera individual y como pareja.

Lo que pretendo con la psicoterapia es ayudar a las parejas a afrontar el estrés, a enseñarles a abordar los problemas especiales que padecen por el mero hecho de ser homosexuales y solventar las crisis para poder llevar una vida más satisfactoria.